El sector hortofrutícola es un campo en constante evolución y lucha por ser más eficiente, innovador, sostenible y saludable, pero ¿hasta qué punto percibe esto el consumidor por parte de las marcas?.
La categoría de productos hortofrutícolas cuenta históricamente con una serie de atributos asociados que han resultado en ser su base para competir. Atributos como la frescura, la calidad, el sabor, la salud o la variedad, totalmente centrados en el producto, han sido los protagonistas de la mayoría de claims presentes en el sector. El problema es que una marca es mucho más que un producto, y, que aunque sin producto no hay marca, existen muchas más cosas que la construyen y que no podemos obviar si queremos empezar a diferenciarnos.
Construir marca es lo que hace la diferencia entre hablar de kiwis y pensar en Zespri, entre hablar de una manzana y pensar en una Pink Lady, entre hablar de mandarinas y pensar en Orri. Y es que en un mercado atomizado como el actual, donde existe una enorme cantidad de opciones respecto a frutas y verduras, contar con una marca sólida es necesario para que nos vean y nos reconozcan entre la multitud. Para pasar de competir por precio, a competir por valores, confianza y personas, entre otras opciones.
Dentro del sector hay un gran margen por explorar. Por nuestra parte, hemos recogido algunas realidades y elementos del contexto que están impactando y marcando los cambios dentro del sector, tratando de convertirlas en oportunidades estratégicas.
Más conscientes
Nos encontramos en una sociedad cada vez más concienciada, tanto en materia de sostenibilidad como de salud. Los consumidores están priorizando el consumo de productos locales y ecológicos. Ya se sabe que las naranjas son de Valencia y el plátano de Canarias pero, ¿qué marca te viene a la cabeza a la hora de pensar en un tomate. Todavía se puede aprovechar mucho este territorio.
Por otra parte, la búsqueda de la sostenibilidad lleva a tomar decisiones cada vez más drásticas. Francia ya ha prohibido los embalajes de plástico para frutas y verduras y Lidl se encuentra financiando investigaciones para mantener los plátanos y pepinos más frescos sin necesidad de envolverlos en plástico. Esto tan solo son ejemplos de que el diseño de packaging en este sector es un elemento fundamental para evolucionar, sumar valor, atraer atención y generar diferenciación ¿cómo evolucionará ante las nuevas exigencias? ¿como sumar valor sin el?.
Nuevas formas de negocio y digitalización
Tanto nuestra forma de producir como de vender hablan de nosotros y nos posicionan ¿Acaso los consumidores son conscientes de que hay marcas hortofrutícolas que utilizan herramientas o métodos digitales a la hora de fabricar sus productos? ¿Conocen marcas que venden de forma online? ¿Cómo se adaptan estas marcas a las nuevas formas de consumo?.
Extra healthy
El autocuidado está cobrando cada vez más peso en las rutinas de la sociedad actual, donde el comer sano está pasando a ser una especie de religión. Vamos hacia un futuro donde cada vez habrá más información y más interés por mejorar la alimentación y seguir una dieta y estilo de vida que nos aporten los máximos nutrientes. Muchas marcas dedicadas a la parte deportiva y nutritiva sí que se posicionan y se definen como marcas dedicadas a la alimentación saludable pero ¿qué conocemos los consumidores más allá de que la fruta y la verdura es sana? ¿Qué nos aporta lo que comemos? ¿Existen los superalimentos?.
Curiosamente, en un momento como este el consumo de frutas y verduras no se ha disparado y se mantiene por debajo de los niveles recomendados por la Organización Mundial de la Salud, mientras vemos que otras categorías como la de snacks se llenan de atributos en torno a lo saludable de su propuesta ¿Está perdiendo la categoría una oportunidad en este sentido?.
Innovación, variedad y sabor
Un sector donde la tradición convive con la capacidad para crear y experimentar cosas nuevas: ¿cómo? a través de la modificación genética. Lejos de ser algo antinatural como puede parecer de entrada, es lo que asegura la continua evolución del sector hortofrutícola, dando lugar a variedades con mejores características organolépticas. Y es que para muchos consumidores ya no es suficiente que el producto sea saludable. También busca experimentar nuevos sabores. Cómo convive “lo tradicional”, “lo de toda la vida” junto a la última innovación tecnológica en el sector, nos parece uno de los principales retos para las marcas actuales.
Caso Bruñó
Frutas Bruñó es uno de los pocos que ya se ha atrevido a dar un paso y a trabajar su posicionamiento de marca para ganar notoriedad, relevancia y diferenciación ante la gran competencia de grupos en su categoría.
En estos 5 años juntos hemos conseguido pasar de “una marca de melones” a ser una marca de fruta premium que conecta de forma emocional con sus consumidores, fomentando la lealtad de marca y construyendo y manteniendo una reputación sólida dentro del mercado.
¿Y tú, te atreves a dar el paso?
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