La verdad es que llevamos unos añitos que muy pocos podían pronosticar. La crisis de las materias primas, el COVID-19, la inflación, la situación actual marcada por la invasión rusa de Ucrania y Putin amenazando con iniciar una guerra nuclear. Son cuestiones que nadie podía prever, y que generan una situación muy poco favorable para que las empresas decidan continuar con sus planes estratégicos al cien por cien.
Hay muchos tipos de compañías, pero solo dos maneras de afrontar la situación. Están las que piensan en resguardarse en las trincheras y esperar a que el fuego enemigo desaparezca, con el riesgo que ello conlleva, o las que abren el mapa y analizan los riesgos, las oportunidades, las siguientes incursiones. Aquellas que dibujan el campo de batalla y, cuando ven el momento oportuno, comienzan a ejecutar su plan. Estas suelen ser las que se llevan la mejor parte del pastel.
La realidad es que tener una marca bien construida, saludable, memorable y que sea reconocible es la mejor munición en situaciones como la que estamos viviendo a nivel mundial. Saber que tu marca es importante para tus audiencias, que genera sentimiento de pertenencia, que es identificable, que goza de magnetismo y valor, que repercute en tus ventas… es tu mejor chaleco antibalas para los entornos VUCA.
Y es que existen muchas razones para apretar el botón rojo del branding:
Si crees que tu marca está desactualizada, pulsa el botón rojo del branding.
Si la competencia te está ganando terreno, pulsa el botón rojo del branding.
Si te has dejado arrastrar por la inercia de la empresa y sientes que has perdido la esencia y el propósito que te impulsaron a empezar este negocio, pulsa el botón rojo del branding.
Si percibes que tu marca no es atractiva ni para tus empleados, clientes, ni potenciales clientes, pulsa el botón rojo del branding.
Si tu marca ha perdido relevancia en el sector, pulsa el botón rojo del branding.
Si tu compañía está en un proceso de relevo generacional y necesita evolucionar como marca, pulsa el botón rojo del branding.
Si el porcentaje de ventas va disminuyendo año tras año, pulsa el botón rojo del branding.
Si tu producto canibaliza tu marca, pulsa el botón rojo del branding.
Si has ido creando submarcas sin ton ni son y ya no sabes cómo gestionarlas, pulsa el botón rojo del branding.
Si eres de los que piensa que tu producto es mejor que el de la competencia y no entiendes por qué ellos venden más… ya sabes, pulsa el botón rojo del branding.
Y es que cuando decides pulsar ese botón estás dando el primer paso para entender mejor tu razón de ser. Volver a la esencia del negocio, encontrar tu ventaja competitiva, tener un discurso único, ser relevante para tus audiencias, aumentar el sentimiento de pertenecía de tus empleados, vender más, generar más acuerdos comerciales… Hay demasiadas razones para que pulses el botón rojo del branding, ¿cuál es la tuya?
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